EDITORIAL


Yehude Simon representa continuismo derechista

García representa el continuismo en la implementación del modelo neoliberal, el capitalismo salvaje, la exclusión, el subempleo y la manipulación de las masas. Cuestión corroborada en el evento de APEC donde reafirma su alineamiento neoliberal.

La APEC de noviembre pasado, reunió a 21 naciones del Océano Pacífico, el área de más sólido desarrollo en el milenio, en la que se encuentran comprometidos más de dos mil millones de habitantes y se realizó en el marco de la profunda crisis del sistema financiero imperialista y la elección presidencial de los Estados Unidos que, concluyó con la derrota de George W Bush.

Este modelo impulsa el crecimiento de indicadores macroeconómicos permitiendo mayores privilegios a los que más tienen y mayor pobreza a grandes mayorías del campo y la ciudad. En ese marco, se desarrolla la confrontación entre el imperio, la CONFIEP, la derecha y su gobierno por un lado, el movimiento laboral y el pueblo peruano por otro.

El cambio de la Presidencia del Consejo de Ministros y algunos Ministros se realiza en circunstancias que la corrupción corroe llegando al mismo García. La habilidad del APRA consistió precisamente en encontrar la pieza que le sea más útil para amainar la protesta social, tener un respiro y reordenar el tablero político. Así el otrora izquierdista Yehude Simon, en su afán electorero, jugando partido propio en el ajedrez político, se convierte en el instrumento con que pretende limpiarse el gobierno corrupto del APRA.

García es el mercachifle que ha vendido su partido a la derecha, así como pretende vender los recursos naturales y territorio a los consorcios transnacionales y últimamente hasta el aeropuerto de Collique y la frontera norte son parte de la subasta antinacional.

La inflación toca los bolsillos de los pobres y la recesión económica los estrangula con despidos y salarios devaluados, la cámara de comercio planteó reducir derechos laborales y salarios.

El Plan Anti crisis del gobierno aprista está orientado a que los capitalistas se fortalezcan ante la crisis. Brinda todos lo privilegios y facilidades a los inversionistas: pago de tributos con obras, exoneraciones tributarias, promoción a la inversión pública-privada, pero para los pobres del campo y la ciudad solo migajas.

El entreguismo, autoritarismo, corrupción y mayor represión, son las herramientas principales que esgrime el régimen para ejercer control sobre el pueblo y aplicar el modelo neoliberal.

Yehude Simon acorta aceleradamente, -cual piel de Zapa-, su espacio político por haber salvado por el momento al gobierno de Alan García del hoyo de la corrupción que puso en evidencia los petroaudios. El diálogo sin resultados positivos que inauguró como método de trabajo se agota. La paciencia del pueblo se termina. Una nueva jornada de lucha se gesta desde el interior del país de consecuencias impredecibles.