Para enfrentar la actual crisis mundial: RECONVERSIÓN AGROALIMENTARIA Y ENERGÉTICA

Por: Manuel Lajo

ORIGEN IMPORTACIONES DE TRIGO
Desde hace medio siglo Perú importa a precios subsidiados
el 90% del trigo que consume, 90% de la soya para
aceite y pollo, 70% del maíz avicola y % similares de algodón,
leche, malta: mientras el oligopolio de la industria se llena de dinero.
15 millones de agricultores y campesinos se empobrecen y deben
migrar a padecer en la ciudad o ir a la selva a sembrar coca.
En febrero Manuel Lajo presentó en Nueva Delhi este trabajo
desnuda los secretos de esta tragedia y propone soluciones.

Nuestra propuesta es diseñar una reconversión de la agroalimentación y la energía como sistemas globales, buscando el restablecimiento de la vigencia de las reales ventajas comparativas, completamente distorsionadas en las últimas décadas. Este proceso puede y debe empezar por un desmontaje gradual y concertado -para no matar de hambre a poblaciones enteras- del sistema de subsidios al agro en EEUU y UE, que ha distorsionado desde hace 50 años todos los mercados a partir de la manipulación de los precios de las calorías y proteínas (a los que en último análisis puede reducirse toda la oferta y demanda de alimentos) profundizando pobreza y desigualdad a nivel planetario. Las ramas de molinería de trigo, oleaginosas, avícola, lácteos y textil en los países subdesarrollados más dependientes son los casos piloto que pueden demostrar que rearticular la industria con la agricultura según sus costos y precios reales son el camino al desarrollo.

Hace apenas cinco meses (Septiembre de 2008) los precios del petróleo y los alimentos habían llegado a sus niveles más altos en varias décadas y la producción de biocombustibles (etanol a partir de azúcar o maíz y biodiesel a partir de palma aceitera o piñón) parecía iniciar un gran auge pues estos precios excepcionales habían hecho rentable destinar crecientes extensiones de tierras y convertir cada vez mayores volúmenes de cosechas de alimentos - para seres humanos o para ganadería de carne o leche o en combustibles para autos , máquinas y fábricas .

Esta transformación insólita de las estructuras productivas, de precios y de consumo llevó a los organismos internacionales especializados (encabezados por el mismo FMI, BM, FAO y PMA) a alertar en marzo y abril 2008, frente a las hambrunas masivas que ya habían empezado y a pedir más financiamiento para atender las emergencias más insostenibles. Unos señalaban que los biocombustibles eran la causa de esta estampida de precios. Otros, el mayor consumo en China e India y los demás, la especulación en los mercados de futuros.

El debate venía en las más altas esferas políticas desde el inicio del 2007: Bush había anunciado en un mensaje en enero la prioridad de la producción de etanol para EEUU (y la Farm Bill o Ley Agraria USA de mayo 2008 aumentó los subsidios a los alimentos pero sobre todo a los biocombustibles). Hugo Chávez y Fidel Castro -este último en un artículo de marzo 2007- alertaron al mundo sobre la amenaza de los biocombustibles para la seguridad alimentaria y el peligro de sumir en la hambruna a 3 mil millones de personas . Por su parte Lula -en otro artículo en el Washington Post del 30 marzo 2007- defendió la compatibilidad de la producción del etanol con una política de defensa ambiental (Brasil ha logrado reemplazar hasta el 40% del combustible de petróleo por biocombustibles, supuestamente menos contaminantes que la gasolina) y de seguridad alimentaria. Brasil es el segundo principal productor -después de EEUU- pero más eficiente gracias a la competitividad de su caña de azúcar y al hecho que -aseguran- no depreda bosques amazónicos.

En todo el mundo las corporaciones transnacionales estaban obteniendo concesiones de tierras e iniciando febriles inversiones en cultivos para biocombustibles aduciendo la protección ambiental ante el “calentamiento global” y la urgencia del cambio en la “matriz energética”.

Sin embargo, desde septiembre y octubre 2008 -cuando el desastre financiero en EEUU inicia la actual recesión global- las cotizaciones o precios internacionales del petróleo y alimentos vienen cayendo dramáticamente. Cuando el precio del barril de petróleo cae de 150 dólares a 34 o menos en unos tres meses queda definitivamente establecido que aunque el costo de producción sea una referencia menos fluctuante que el precio al consumidor, el margen de ganancia está determinado por el poder de mercado de los agentes y por las condiciones macroeconómicas. Pero estas dependen en su mayoría del enfoque del desarrollo y de las políticas económicas que tengan los agentes de mayor poder en estos mercados. ¿Cómo cambiará ahora -en plena recesión y posible depresión mundial- el reinado de la ley del más fuerte, la especulación y la incertidumbre en estos mercados? ¿Qué deben hacer las mayorías de la población y países para defender su seguridad y soberanía alimentaria, energética y económico - financiera?

SÍNTESIS

1. La globalización del capitalismo en la agricultura, alimentación y agroindustria desde la segunda postguerra mundial del Siglo XX ha tenido como motores el subsidio europeo y norteamericano (que llegó al 50% del valor de la producción agropecuaria en Europa y EEUU) y los avances tecnológicos (como la revolución verde y los transgénicos) principalmente en granos (trigo, maíz y en parte arroz y cebada), oleaginosas (soya) y algodón. Se ha dado una intensa expansión de este modelo agroalimentario que ha tendido a homogenizar producción, procesamiento y consumo aumentando la productividad en cada cultivo pero también despojando a los agricultores y campesinos nativos de sus mercados naturales, amenazando -por sus efectos económicos, agronómicos y tecnológicos- la biodiversidad global y -en casos notorios como los andinosimpulsando al campesinado indígena empobrecido al cultivo de coca para el narcotráfico como única alternativa de sobrevivencia ante la incapacidad de recuperar rentabilidad de los cultivos alternativos en la Amazonía.

2. Ello llevó a una intensa expansión en la periferia del modelo de industria alimentaria y textil dependiente de importaciones de commodities a precios artificialmente bajos, a un patrón de consumo con un creciente componente subsidiado para las masas urbanas y rurales de menores ingresos y un estancamiento y retroceso de la producción de tales cultivos o crianzas y de sus sustitutos autóctonos. Los países no hegemónicos pero con ventaja comparativa en granos, carnes, oleaginosas o lácteos (Australia, Nueva Zelandia, Argentina, Brasil, India, China, etc.) resistieron la embestida de la competencia desleal de largo plazo pero tuvieron que frenar su capacidad de expansión pues debían exportar o vender en el mercado interno a precios equivalentes o cercanos a los subsidiados en EEUU y Europa . Así -a través de la manipulación de los mecanismos de mercado- el sistema de precios agroalimentarios era gobernado o influído hasta en el último rincón del planeta por las decisiones de las corporaciones de los países de la OCDE que más subsidian a sus productores, comercializadores y exportadores.

3. Al madurar este sistema agroalimentario mundial de tipo neoliberal (liberalismo inconsecuente) sobrevino - con la aparición de los agrocarburantes la unificación del mercado global de alimentos con el de combustibles o energía en general. Actualmente está en curso esta gran reestructuración capitalista del mercado de energía para 6 mil millones de personas y otro tanto de automóviles, máquinas y fábricas. Pero no se dá en condiciones de precios y costos reales, determinados por la “oferta y la demanda en mercados libres”.

4. Nuestra propuesta -al inicio de una recesión que puede convertirse en depresión mundial- es diseñar una reconversión de la agroalimentación y la energía como sistemas globales, buscando el restablecimiento de la vigencia de las reales ventajas comparativas, completamente distorsionadas en las últimas décadas. Este proceso puede y debe empezar por un desmontaje gradual y concertado -para no matar de hambre a poblaciones enteras- del sistema de subsidios al agro en EEUU y UE, que ha distorsionado desde hace 50 años todos los mercados a partir de la manipulación de los precios de las calorías y proteínas (a los que en último análisis puede reducirse toda la oferta y demanda de alimentos) profundizando pobreza y desigualdad a nivel planetario. Las ramas de molinería de trigo, oleaginosas, avícola, lácteos y textil en los países subdesarrollados más dependientes son los casos piloto que pueden demostrar que rearticular la industria con la agricultura según sus costos y precios reales son el camino al desarrollo.

5. Esta rectificación del mercado global -mediante el desmontaje de algunos de los mecanismos que producen desarrollo de pocos y subdesarrollo de muchosdebería continuar con una reorganización del mercado energético impidiendo que siga siendo intervenido y manipulado como hoy por los grupos de poder económico y bélico mundial.


Bio Combustibles:
Estrategia corporativa de unificación de los mercados de alimentos y de energía

- Su viabilidad económica dependia del encarecimiento del petróleo.
- Hasta un 14% de las tierras destinadas a maíz se orientan a etanol.
- Es una política defensora del ambiente en el cambio de matriz energética o una nueva estrategia de ganancias extraordinarias del gran capital.


Como avanzar hacia la soberanía o reforma agroalimentaria en la actual crisis mundial
1. Determinar claramente las causas del comportamiento errático del precio del petróleo y los alimentos básicos.
2. Cómo desentrampar la Ronda de Doha de la OMC: un programa de desmontaje del sistema de subsidios de los paises de la OCDE y de reparación de daños estructurales.
3. Hacia el sinceramiento de los precios globales de las calorías y proteínas como forma de avanzar hacia la vigencia de las reales ventajas comparativas.