RECHAZO AL PROYECTO DE PAQUITZAPANGO. El objetivo de estas represas es llevar energía a Brasil

Las implicancias ambientales como cambios climáticos, bloqueo de rutas migratorias de
animales y peces, incremento de enfermedades de la población humana, entre otros, serán extremadamente dañinos a su sobrevivencia. Los Ashaninka dependen del río Ene y de sus recursos así como de sus territorios ribereños para su vida económica, social y cultural.


En diciembre de 2008, el Ministro de Energía y Minas otorgó la concesión de la hidroeléctrica de Paquitzapango para hacerla factible. Dicha concesión se ubica sobre el territorio de 33 asentamientos y 18 comunidades ashaninkas de los distritos de Río Tambo, Pangoa y Mazamari.

Se planea construir una represa de concreto de 165 m de altura en la cuenca del río Ene. Teniendo en cuenta la geografía de la zona, el represamiento generaría un embalse e inundación.

La migración de animales fluviales como terrestres se ve interrumpida, cortando su ciclo reproductivo y diezmando poblaciones. Al obstruir las aguas de un río, la ecología de éste cambia drásticamente, destruyendo la vida de la flora y fauna acuática y terrestre. Río abajo, las tierras se vuelven secas y pierden del sedimento mineral necesario para fertilizar los campos.

Los cambios climáticos locales también tienen impactos importantes sobre la fertilidad de los suelos, y los ecosistemas frágiles. A pocos kilómetros del río Ene se encuentran la Reserva Comunal Ashaninka y el Parque Nacional Otishi, dos áreas naturales protegidas que resguardan especies de flora y fauna muy importantes que están en peligro de extinción, tanto como especies
que aún no conoce la ciencia.

El territorio del río Ene representa el último refugio para los ashaninkas de la Selva Central, que desde décadas sufren invasiones por las políticas de colonización que desarrollan los gobiernos de turno.

Luego de 20 años de violencia política en la zona por la guerra interna, el gobierno central otorgó a fines de la década del 90, sin consulta de las comunidades, una concesión petrolera a la empresa PlusPetrol, la cual está en etapa de preexploración. Esto, y la hidroeléctrica, representan el deseo del estado de diezmar totalmente a los ashaninkas.

La convicción de las comunidades y organizaciones ashaninkas y de colonos del río Ene es clara en sus determinaciones: «El río Ene es el alma de nuestros territorios: alimenta bosques, animales, plantas, sembrios y sobre todo a nuestros hijos. Paquitzapango es parte de nuestro patrimonio cultural, ya que ahi se forma nuestras raices. Los ashaninkas hemos demostrado que sabemos cuidar nuestro entorno por eso preservamos las zonas de mayor biodiversidad del mundo.»

«Queremos vivir en paz y disfrutar del derecho de elegir nuestro desarrollo. Rechazamos el proyecto hidroeléctrico, que confunde desarrollo con atropello. Estamos dispuestos a tomar una posición fuerte frente a esta gran amenaza».


LA LEYENDA

Cuentan los ashaninkas que en las alturas del pongo de Paquitza, en la zona más angosta de la cuenca del río Ene, vivía Paquitza “águila”. A esta parte se le llama Paquitzapango “casa del águila”.

Paquitza tenía por esposa a una mujer ashaninka y le gustaba comer carne humana. Con sus grandes garras, colocaba piedras enormes en el río para hacer un gran muro de piedra y cerrar el paso a los ashaninkas que surcaban el río Ene con sus botes. Los atrapaba y devoraba.

Porque Paquitza les hacía daño, los asháninkas decidieron matarlo. Construyeron un hombre de arcilla y lo pusieron sobre una balsa para que surque el río. Cuando Paquitza fue a atraparlo sus garras quedaron atrapadas en la arcilla y los asháninkas rodearon y mataron a Paquitza. Quemaron la balsa y las plumas de Paquitza se derramaron surcando por todo el río Ene.

Es por esto que los asháninkas perciben cualquier obstrucción de su río como una afectación directa a sus comunidades, como si los intentaran matar. Para ellos sería terrible que para hacer la represa se vuelva a construir un gran muro en el mismo lugar donde antes vivía Paquitza


Congreso de los Ashaninkas
En Meteni, del 24 al 26 de 2009, acordaron:

1. Rechazamos la resolución 546-2008-MEM y exigimos su inmediata anulación, por no haber sido consultada.

2. Demandamos al gobierno peruano el respeto irrestricto de los derechos humanos consagrados en el convenio 169 de la OIT y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de pueblos indígenas.

3. Exigimos al Gobierno Central, Congreso de la República, Gobierno Regional de Junín y Municipalidades de Satipo, Pangoa y Río Tambo para que respeten los derechos de los ashaninkas y suspendan cualquier negociación relacionada con el proyecto hidroeléctrico.

4. Exigimos a los gobiernos internacionales, en particular a Brasil que respeten los derechos de los ashaninkas.

5. Rechazamos la utilización de la palabra ashaninka Paquitzapango por su significado espiritual y cultural.

6. Rechazamos las actividades de investigación, propaganda, reuniones y propuestas que promuevan la proyecto hidroeléctrico. Los Ashannikas del río Ene no permitiremos a personas o instituciones que promuevan la hidroeléctrica.

7. Respaldamos la acciones de defensa que realiza nuestra central AIDESEP.