El Plan anti-crisis de Alan García beneficia a los ricos


El alanismo, «economistas» y empresarios, nos dijeron durante las últimas semanas que la crisis mundial no nos iba a afectar porque nuestra economía estaba «blindada». Pero ahora, frente a los pronósticos del BM (que nuestras exportaciones caerán en 11%), tienen que tragarse sus palabras. Y el gobierno acaba de presentar un «Plan anticrisis».

Así las cosas, los acontecimientos han demostrado que el Perú no es una isla dentro de la economía mundial (y el ritmo de impacto también está en función de esta relación orgánica). Los factores internacionales que empujaron la economía peruana al alza (minerales, espárragos, textiles, etc.), ahora, producto de la recesiòn USA y la caída de los minerales, están ejerciendo un
efecto contrario.

Si bien es cierto, los economistas, todavía no pueden definir los efectos de la crisis a mediano plazo, un retraimiento en las inversiones extranjeras, reducción de los mercados, disminución de las remesas de inmigrantes, caída del turismo, miles de trabajadores despedidos y pérdida del poder adquisitivo de la población, etc. serán inevitables, por el miedo a la crisis.

Sin embargo, el Plan Anticrisis del gobierno alanista, como siempre, se dirige a proteger los intereses de los ricos. Brinda todas las facilidades y privilegios para los inversionistas, exoneraciones tributarias y pago de tributos con obras, promoción de la inversión público-privada en los servicios fundamentales (nueva modalidad privatizadora), entre otras medidas; pero nada para los trabajadores. Lo «gracioso» es que aquellos que se han beneficiado con los subsidios del gobierno como la familia Romero, ahora son «rescatados» por el Plan anticrisis del gobierno que no prevé ninguno de los efectos mencionados anteriormente.

De esta manera, el Plan anticrisis, plantea subsidios de S/. 10,032 millones y $ 9,250 millones de líneas de crédito como apoyo al empresariado. Y las Asociaciones Público Privadas servirán para que los «empresarios paguen impuestos» con la realización de obras públicas. Y, ¿De donde vendrá ese dinero? De las reservas internacionales (lo cual es muy peligroso teniendo en cuenta que la crisis recién empieza), de los contribuyentes y de más deuda externa. Esta política demuestra, su carácter pro empresarial, beneficiando a los culpables de la crisis actual y poniendo la rodilla sobre la espalda de los trabajadores.

Y, a todo esto, que ha dicho García acerca de la reforma tributaria para que los empresarios compartan el peso de la crisis con las mayorías?. Nada. ¿Qué, sobre promoción de la agricultura para garantizar la soberanía alimentaria y paliar los efectos de la pobreza y la extrema pobreza? Nada. ¿Qué, sobre el reclamo para que se incrementen los salarios y pensiones, con la finalidad de dinamizar el mercado interno y disminuir los nocivos efectos de la contracción de la demanda y la caída de los precios de nuestros productos en los mercados internacionales?. Absolutamente nada.

Y como siempre ocurre, los primeros síntomas de la crisis lo vienen sufriendo los trabajadores. 1600 obreros mineros, 600 metalúrgicos de SIDERPERU, ya han sido despedidos. Es decir que, miles de familias, perderán el pan. Por eso es urgente promover la construcción de una alternativa de gobierno que verdaderamente atienda las demandas que el Perú reclama. Unete.

Para encarar esta crisis con verdadero sentido patriótico se necesita de voluntad política e independencia de los intereses económicos para lograr los cambios que la ciudadanía exige, todo lo contrario a lo que ocurre con el régimen aprista, acorralado por los neoliberales y con poca capacidad de maniobra para cumplir con el país. Por esa razón, García nos ofrece siguiendo su propia tradición, un Plan anticrisis a favor de los ricos.