Bloque Popular analiza el descalabro del gobierno aprista: POR UN GOBIERNO PATRIÓTICO Y POPULAR


EL VIRREY GARCÍA ENFRENTA SU AYACUCHO

Latinoamérica está dejando de ser el patio trasero yanqui. Desde la profunda crisis en que la sumió el neoliberalismo, se yergue levantando proyectos alternativos y de unidad de los pueblos en la búsqueda de una sociedad sin pobres ni olvidados.

En América Latina, resaltamos la lucha por la hegemonía, donde están los pueblos que adoptan gobiernos progresistas de diversos matices, que son cada vez más, y por otro lado, los remanentes neoliberales y el imperio.


I. El gobierno aprista es parte del tinglado que orquesta el imperio

El gobierno de García (70% de desaprobación) es parte del tinglado que el imperialismo con las burguesías de Latinoamérica y sus representantes políticos están montando para no perder más espacios en la correlación de fuerzas y pretender mantener su hegemonía contra los pueblos.

Modelo económico neoliberal del capitalismo salvaje, la economía tradicional de la escasez, la exclusión, el chorreo, el subempleo y manipulación de las mayorías, que está permitiendo mayores privilegios a los que más tienen y mayor pobreza de las grandes mayorías del campo y la ciudad.

El Perú registra a nivel de América los más altos índices de desigualdad económica y social.


II. Fracasa el modelo económico y políticas neoliberales

La recesión golpea principalmente a los más pobres. La recesión ya se manifiesta en nuestro país, a través de una desaceleración drástica del PBI. En noviembre del 2008 había un crecimiento del PBI en 7,8% mientras que en febrero 2009 se creció 0,19%; para el segundo semestre, los especialistas estiman que creceremos en un 1% aproximadamente.

En el sector productivo: el sector agrícola ha caído en -4,76% en junio frente al mismo mes del año pasado. En el caso de hidrocarburos y minería la cifra es de -2,28% respecto al año pasado. Decrecimiento en el subsector electricidad en -2,35%. Descenso en el consumo interno de cemento en -1,92%. Decae la actividad industrial en un 5%. El turismo se muestra un alza del 1,07%. Las exportaciones e importaciones totales sufrieron una baja del -27,29%. La inflación en julio fue de 0,19%:

El banco central de reserva (BCR) reveló que las Reservas Internacionales Netas (RIN) del Perú al 24 de julio se situaron en $ 31977 millones, superior en $ 1186 millones al registrado a fines de junio y en 781 millones respecto al cierre del año pasado.

En la variable salarial, el salario mínimo vital está en 500 nuevos soles. La canasta básica familiar está en 1800 nuevos soles. El congreso encarpeta la Ley del Trabajo.

Al frenazo en la economía y una caída de alrededor del 40% de las utilidades de las empresas de los sectores minero, construcción y energético conlleva la secuela de despidos masivos de trabajadores, alimentando la desocupación y los problemas sociales que ésta origina. La crisis así, golpea principalmente a los trabajadores y a los pobres del país.

Fracasa en la lucha contra el narcotráfico. Tenemos una economía narcodolarizada: Los 1,100 millones de dólares que el narcotráfico mueve en el Perú, significa el 1% del PBI o el 4% de nuestras exportaciones. Es fuente de financiamiento de la corrupción; afecta la actividad empresarial, creando empresas para blanquear dinero o para movilizar la droga. Lo que se incauta es apenas entre el 10 y 20% de lo que sale al exterior, principalmente a EEUU y Europa.

La violencia política se incrementa. Están fracasando los planes de lucha contra los grupos alzados en armas. Durante lo que va del presente año se registran los siguientes enfrentamientos:
  • Sanabamba, 11 de abril;
  • Vrae, 24 de abril;
  • Aucayacu-Huánuco, 3 de mayo;
  • Huánuco, 5 de mayo;
  • Caserío Wiracocha, 7 de mayo;
  • Tayacaja-Huancavelica, 9 de mayo;
  • Caserío Wiracocha, 21 de mayo;
  • Huancayo, 23 de mayo;
  • Zona de Vizcatán, 6 de junio;
  • Nueva Sanabamba, 11 de junio;
  • Vizcatán, 13 de junio;
  • Yanajanca - Huánuco, 23 de julio;
  • Yanajanca - Huánuco 26 de julio;
  • San José de Secce, 1 de agosto.
Mantienen su capacidad de acción y establecen las reglas en los lugares que son teatro de operaciones.

El problema de fondo es que la violencia es una de las consecuencias que acarrea la pobreza y extrema pobreza. Se puede combatir la violencia sólo solucionando las causas que la originan.

La corrupción está en todos los poros de la sociedad. «Las cifras y los hechos demuestran que en el Perú la corrupción va en aumento, tal como lo revela el informe de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional del año 2008, en la que ubica a nuestro país en el puesto 72 y le otorga un puntaje de 3.6 en la escala de 0 a 10, en el que 0 representa al país más corrupto.».Edgard Reymundo (Congresista del Bloque Popular).


III. Estrategia de la coalición dominante

Transcurridos tres años del gobierno aprista está claramente definido un nuevo escenario de confrontación entre la coalición de clases dominantes, que se ha atrincherado en el Estado neoliberal, y los sectores sociales defensivamente organizados contra las políticas de desarrollo basadas en la inversión extranjera y las sobreganancias al capital.

La doctrina contra el perro del hortelano no sólo responde a una nueva ofensiva de los debilitados intereses transnacionales en la región, en riesgo por la crisis económica, sino a tres procesos de reapoderamiento estratégico impulsados por las clases dominantes en el país y que se han configurado de la siguiente manera:

1. Una reorganización de su alianza o coalición, en la que el ejército como eje político es desplazado por una burocracia partidaria que asegure el control del aparato estatal;

2. Un cambio en el discurso ideológico hacia un contenido facistoide que neutralice la creciente organización de la resistencia popular;

3. Nuevos acuerdos sociales entre el Estado y sus redes de clientela que legitimen el modelo de desarrollo y mantengan fragmentados a los sectores populares.


IV. Discurso aprista: más autoritarismo, represión y manipulación populista

El discurso de 28 de julio de Alan García, más allá de sus anuncios demagógicos, evidenció este proceso en el que el poder se empieza a ejercer desde un eje político partidario represivo y a la vez redistribuidor.

Demuestra que el control del ejecutivo y el legislativo por parte del APRA y sus aliados de la ultraderecha después de los hechos de Bagua, son expresión de una reconstitución del proyecto neoliberal y una profundización de su dominio sin concesiones.

No es simplemente autoritarismo y populismo como fórmula de gobierno sino la construcción de una maquinaria política especializada en el manejo de masas y a la vez ligada directamente a los intereses de la élite económica.

La burguesía transnacional ha comprendido que las políticas del neoliberalismo en crisis sólo pueden seguir ejecutándose con un partido político armado de un discurso ideológico que combata masas contra masas y sea encabezado por una clase media precaria, desesperada por sobrevivir del aparato estatal.

El nuevo proyecto ideológico combina defensa de la «democracia», orden público y guerra contra la conspiración internacional socialista.

Puertas abiertas al clientelaje político. Se construyen redes descentralizadas de asignación de recursos que aseguran al gobierno de turno lealtades tanto a nivel de autoridades como de grupos poblacionales con potencial movilizador. A esto responde la duplicación de las partidas del Foncomun y la creación de los núcleos ejecutores juveniles.

Esta institucionalización de las relaciones entre el gobierno central y los espacios regionales, busca crear lazos más estables entre el partido de gobierno y sus sedes regionales que a la vez desplieguen sus tentáculos a sectores populares burocratizables. De esta manera la estrategia de la gran burguesía primario-exportadora de afirmar su alianza tanto con estratos medios reaccionarios representados por el partido aprista, como con los grupos de poder transnacionales en al actividad minera y energética, se dota de un programa que se apropia de mecanismos descentralistas y participativos, concediendo el manejo de recursos públicos a la población con el fin de desmovilizar el descontento ante la crisis.

V. Táctica de los grupos dominantes

La táctica que a partir del mensaje de García se llevará a cabo para cumplir con la estrategia trazada por la coalición dominante busca:

1. Quebrar la capacidad de movilización de las organizaciones del pueblo. Mediante la represión abierta y el endurecimiento de las campañas macartistas.

2. Ampliación de la red de clientelaje, vía proyectos de desarrollo entregados a los núcleos ejecutores;

3. Debilitamiento político de los gobiernos locales y regionales, tomando la iniciativa en la ejecución del gasto público a nivel nacional desde el ejecutivo;

4. Debilitamiento de la oposición parlamentaria a través del chantaje, dádivas y compra de conciencias, estimulando el transfugismo.

5. El copamiento aprista del Estado.


VI. El país tiene una elevada conflictividad social

Según el 64 reporte de la Defensoría del Pueblo, al 30 de junio del 2009 había 273 conflictos sociales, de los cuales 226 están activos (83%) y 47 en estado latente (17%). Durante junio se registraron 14 casos nuevos y dos casos reactivados (de estado latente a activo). El reporte registra, además, 28 acciones colectivas de protesta.

Indica que la gente está luchando por sus derechos, movilizándose cotidianamente. No han esperado a las Vanguardias. Lo han hecho desde sus aprendizajes, rescatando la memoria de luchas anteriores. Está luchando día a día. Está construyendo sus opciones, está produciendo, encontrando o intentando construir sus caminos. Rescatemos las formas de resistencia, la construcción de alternativas.


VII. El pueblo resiste: más organización, más propuesta y más lucha

García quiere hacernos creer que las justas protestas de los pueblos amazónicos; los reclamos de los pueblos andinos del sur; la de los profesores; de construcción civil; de los médicos; de los empleados públicos, significa volver a los años del terrorismo.

La respuesta de los sectores populares aún son parcelarios; indican la salida del reflujo del movimiento popular, pero sin que ello signifique una lucha por sí de contenido estratégico. Son básicamente reivindicativas y están aún lejos de constituir un movimiento antineoliberal que pugne por cambiar el modelo económico y social vigente.

Sectores que se dan cuenta que el crecimiento macroeconómico no les llega, no les beneficia y pugnan por tener una mejor participación en la distribución de la riqueza.


VIII. La izquierda tradicional a veces patina o surfea en la lucha social

Los sectores progresistas están haciendo el esfuerzo por lograr una representatividad política ante los sectores organizados del pueblo: conforman la Coordinadora Política Social (CPS), la Asamblea Nacional de los Pueblos del Perú (ANPP) y recientemente el Frente Nacional por la Vida y la Soberanía (FNVS). Todos estos intentos con muchas limitaciones propias al no superar las viejas concepciones de trabajo en el pueblo: persisten en las prácticas de la exclusión y el hegemonismo; el desarraigo de las masas. Las luchas populares generalmente se realizan al margen de los deseos de la izquierda tradicional. Pero el problema mayor es que renuncian a levantar el trabajo desde las bases mismas, cundiendo el burocratismo.

Las banderas unitarias que las organizaciones políticas y sociales esgrimen deben materializarse en prácticas renovadoras, democráticas y legítimas en las propias organizaciones naturales de las masas, como es el caso del SUTEP, FNMMP, entre otros; avanzar hacia la Central Única de Trabajadores, rompiendo con la dispersión que confunde. Cerrar la brecha de la existencia de varias centrales y representaciones paralelas. Apoyar el fortalecimiento desde las bases de las organizaciones naturales del pueblo así como de manera creativa e innovadora generar nuevas formas de organización.

Una experiencia interesante, es la lucha de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP) en defensa de la tierra, los recursos naturales y el medio ambiente. Según Alberto Pizango, es la movilización de 1350 comunidades amazónicas que ha hecho retroceder al gobierno. AIDESEP, con muertos, desaparecidos y heridos puso en jaque al régimen que tuvo que cambiar el gabinete para hacer un respiro.

Los sucesos de Bagua son una muestra más que los pueblos del Perú profundo no se sienten representados por este estado criollo. Bagua, es un monumento a la incapacidad, irresponsabilidad, racismo, soberbia, autoritarismo de un régimen que blinda la gran inversión de las trasnacionales pero que es sordo al clamor popular y reprime a los pueblos. La represión contra sus principales dirigentes, está nuevamente encendiendo la selva.


IX. Bloque Popular: herramienta para el cambio

Acompañamos al pueblo en la construcción de su representatividad política. En ese camino, nuestra presencia en casi todas las regiones del país, nos plantean el desafío que en las elecciones del 2010, logremos una buena representatividad que permita un conjunto de reformas regionales basadas en las reivindicaciones ancestrales de los pueblos. Llevar soluciones y no sólo problemas, a la candidatura unitaria de todas las fuerzas progresistas del país en el 2011.

La gran tarea es integrar la política –tan venida a menos- como parte de la cotidianeidad del pueblo; de sus preocupaciones y racionalidad, agregando el ingrediente ético, práctica de la tolerancia, autenticidad y democracia para avanzar hacia reales centralizaciones de los trabajadores y movimientos regionales, generando nuevos liderazgos con prácticas convocantes e inclusivas.

Sumar y confluir esfuerzos con otras organizaciones y personalidades, para hacer del Bloque Popular una nueva alternativa de gobierno patriótico y popular.


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