TLC y el Plan Anticrisis. DESENCUENTROS DE GARCÍA CON LA SIERRA Y LA AMAZONÍA

Por: Congresista Elizabeth León Minaya

El Perú está viviendo la etapa de consolidación del modelo neoliberal iniciado con Fujimori, desarrollado por Toledo y profundizado por García, solo que esta profundización ha coincidido con la crisis generada por quienes aplicaron el modelo.


Sin embargo, las consecuencias lo afrontamos todos los peruanos unos como beneficiarios y otros, que son la gran mayoría, como simples espectadores de los favorecidos, que además terminarán perjudicados, con una brecha social mas profunda que la actual.

Paradójicamente los mas vulnerables son quienes se opusieron por ejemplo a la firma del TLC con EEUU; estamos hablando de la inmensa mayoría de peruanos y peruanas que viven en la Sierra y en la Amazonía, quienes se resisten a la introducción de variedades genéticamente modificadas, a la privatización en gran escala de la tierra, a la concentración de la propiedad, a la entrega de la amazonía a los grandes monopolios u oligopolios que no permiten el desarrollo de la empresa nacional.


Agenda interna pendiente

Las protestas de la sociedad civil y de los parlamentarios consecuentes con sus principios como los del Bloque Popular, ha sido respondida por el oficialismo con el anuncio de la elaboración de una agenda interna que sigue pendiente, o si existe no empata con las expectativas de la gente. Frente a la crisis económica se planteó inmediatamente el Plan Anticrisis, pero luego de la firma del TLC hasta ahora no hay medidas concretas para los perjudicados. Hay un curioso diagnóstico que determina que la agudización de la pobreza no es por efecto del capitalismo sino por su ausencia.

Tenemos que seguir demandando, en primer término, la defensa de la producción nacional, esto implica exigir al Ejecutivo medidas claras y concretas. Hay que exigir barreras arancelararias para compensar el TLC inequitativo que se ha firmado, exigir que los programas sociales adquieran insumos locales en cada región, sin intermediarios, así podríamos combatir a los testaferros de las importadoras, asegurar el mercado para los pequeños productores organizados, en quienes tenemos que afianzar el pensamiento estratégico de la competitividad a partir de las experiencias exitosas de cada zona.


Ministerio promotor

Tenemos que demandar un Ministerio de Agricultura promotor del desarrollo para que AGRO RURAL no sea solo un título o una buena intención para satisfacer auditorios; necesitamos una innovación tecnológica gradual, en función de las necesidades de las personas (productores y consumidores), que armonice con la protección de los recursos naturales como el agua, la tierra, los bosques, la biodiversidad y la cultura, valorando los saberes y costumbres de las sociedades locales.

El Ejecutivo tiene que ordenar su rompecabezas, para entender como se entrelazan agro rural, sierra exportadora, sierra productiva, con el hoy conocido plan de estímulo económico antes llamado Plan Anticrisis, conjugado hacia una política de Estado; no es lo mismo una política agraria para la franja costera agro exportadora que una política agraria para la Sierra y la Amazonía promotora del desarrollo rural y protectora de los recursos naturales. Mas aun ahora que sentimos los efectos nocivos del cambio climático, que no ha sido provocado por las grandes mayorías, y que de no tomar medidas urgentes, estas irán agravándose.

Los peruanos debemos consumir primero lo que producen nuestros agricultores, máxime si recordamos que el 85% de la producción de alimentos provienen de la sierra y la Amazonía, pero no se trata solo de anunciar y repetir la frase «Cómprale al Perú», eso solamente no basta, es urgente implementar medidas normativas que garanticen a los productores el acceso al uso sostenible de los recursos, tengan un adecuado y democrático acceso al crédito, la asistencia técnica oportuna y de calidad, de discutir y analizar el tema de la reconversión agraria de acuerdo a la realidad de cada región y poniendo énfasis en que la primera prioridad es la seguridad alimentaria con soberanía; asumir que la demanda interna es el motor del desarrollo de la economía. Las y los peruanos tenemos derecho a consumir alimentos limpios, saludables y diversos que provienen de esa agricultura de filigrana que desarrollan los pequeños productores, los campesinos de las comunidades andinas y nativas de la Sierra y la Amazonía.


¿La bolsa de ellos o la vida de todos?

Reconvertir el agro para sustituir la producción de alimentos por biocombustibles es cerrar los ojos a la seguridad alimentaria con soberanía de las futuras generaciones, es inaceptable que para llenar el tanque de automóvil con 50 litros de bioetanol se necesita quemar 358 kilos de maíz, que es lo requerido por un niño de para alimentarse durante un año.


Una pregunta final: ¿Qué queremos? ¿La vida de todos o la billetera de ellos? ¿Qué es primero?

Poner en una balanza los intereses de lucro de un grupo de empresas transnacionales y la supervivencia de la especie humana, se ha tornado una dramática realidad. Esa dicotomía no ideológica, nos pone ante la disyuntiva de decidir que queremos conservar: la bolsa de ellos o la vida de todos.

A nivel de la razón lógica es evidente el desencuentro entre la magnitud global de los problemas y la ridícula escala en la que se pretende encontrar las soluciones. Los conceptos planeta y humanidad son validos para identificar los desastres y prevenirlos, no para resolverlos.